Las amputaciones dan mucho miedo. Si tenemos suerte nunca tendremos que presenciar una, pero es mejor estar preparados, porque si esa suerte se trunca podemos tener que reaccionar ante una amputación propia o ajena.
¡Estemos preparados pues!…
¿Qué son las amputaciones?
Las amputaciones son lesiones traumáticas que separan una parte del cuerpo del resto. Pueden ser limpias, por corte, o cruentas, por arrancamiento.
Cuando se habla de amputaciones no siempre estaremos ante grandes lesiones de brazos o piernas arrancados por ejemplo en una explosión. Las más frecuentes son las amputaciones pequeñas, sobre todo las producidas en accidentes domésticos, con su estrella principal: el corte de un trozo de dedo en la cocina.
De todos modos, el modo de actuar ante las amputaciones es el mismo. La diferencia estribará en el grado de urgencia y en lo florido del síntoma principal: la hemorragia.
Veamos qué hemos de hacer cuando presenciamos una amputación, ya sea propia o ajena…
Cómo actuar ante las amputaciones
Cuando se produce una amputación siempre habrá una persona que está sufriendo. Y no pierda de vista que esa persona puede ser usted.
Si la amputación es pequeña los problemas serán el sangrado y el posible shock que puede sufrir el amputado al ver que se ha cortado o arrancado un trozo de su cuerpo.
Si la amputación es grande, el principal problema es el sangrado, la hemorragia, que si no se detiene causará la muerte de la persona amputada en un periodo corto de tiempo.
Así que vayamos a lo principal en todas las amputaciones: cohibir el sangrado…
Detener la hemorragia
Si usted se corta la parte distal de un dedo mientras cortaba jamón, queso o patatas, ese dedo se pondrá a sangrar. Seguro.
Y si usted está en una fábrica y una máquina aserradora le arranca un brazo, el surtidor de sangre que empezará a salir será de gran magnitud.
Por eso lo primero que hay que hacer ante una amputación de cualquier tipo es parar la hemorragia:
Amputaciones grandes
En las amputaciones grandes tenemos poco tiempo para actuar. Segundos, o todo lo más un par de minutos. Porque habrá una arteria que esté expulsando sangre con cada latido del corazón, con lo que el desangramiento es inminente.
Si ve usted la amputación de un brazo (por poner un ejemplo, es lo mismo con una pierna), lo primero es presionar la zona de la amputación con unas gasas o con alguna prenda de ropa. Ha de presionar muy fuerte para tratar de cohibir la hemorragia o, al menos, de disminuirla.
Si conoce usted la anatomía humana puede buscar la arteria que está sangrando para presionarla directamente con sus dedos.
Como esto es poco probable, tendrá usted que prepararse para hacer un torniquete. Sobre todo si no consigue cohibir la hemorragia sólo con la presión y las gasas.
El torniquete ha de hacerse para evitar el fallecimiento de la persona por desangramiento. Usará lo que tenga usted más a mano: un cinturón, una cuerda, un trozo de tela… Apretará hasta que deje de sangrar y apuntará cuándo lo ha puesto.
Inmediatamente avisará usted a los servicios de emergencias. Cuando lleguen las asistencias ya se harán cargo ellas.
Importante: aunque se concentre usted en la asistencia a la persona amputada, no pierda de vista el miembro amputado. Las asistencias lo necesitarán para llevárselo al hospital e intentar reimplantarlo. No hay nada peor que descubrir en la Urgencia, al recibir a la persona amputada, que el miembro amputado se ha quedado perdido en la zona del accidente.
En las amputaciones pequeñas las cosas son menos dramáticas…
Amputaciones pequeñas
Si por ejemplo se amputa usted la parte final del dedo mientras estaba cortando algún alimento, ha de taponar la zona cortada con un trozo de tela o una gasa.
Inmediatamente habrá de elevar el brazo por encima del corazón, para que la sangre le llegue al dedo con menor presión y tienda por tanto a sangrar menos.
Solo con eso ya se puede ir al hospital a que le atiendan. ¡Espere! Todavía no se puede ir al hospital. Ha de hacer algo más…
Manejo correcto de la parte amputada
En las grandes amputaciones y también en las pequeñas, una vez atendida la persona amputada, hay que dedicarse a cuidar de la parte que se ha separado del cuerpo.
Ya sea un trozo de dedo o un brazo o una pierna completos, la actitud para conservarlos es la misma:
- Hay que recoger el trozo amputado y envolverlo en gasas o en una pieza de ropa que no suelte pelo.
- Se mete todo en una bolsa de plástico.
- Esta bolsa de plástico se mete en hielo o se rodea de él, para enfriar el miembro y que sus células ralenticen su metabolismo. Como a esas células no les está llegado sangre, cuanto más las adormezcamos, menos sufrirán la falta de oxígeno y más probabilidad habrá de reimplantar con éxito la parte amputada.
- Con el miembro amputado enfriándose ya se puede acudir al hospital.
No se desordene cuando sea usted el amputado, ni se paralice cuando presencie una amputación catastrófica. De su tranquilidad depende que la persona no se muera desangrada y, en segunda instancia, que el miembro amputado se pueda reimplantar.
Resumiendo…
Para que tenga claro cómo actuar ante las amputaciones, aquí tiene un algoritmo en pasos:
- Urgente: cohibir la hemorragia.
- Si amputación pequeña: compresión y elevación.
- Si amputación grande: torniquete
- Llamar a los servicios de emergencias ya con la hemorragia cohibida
- Parte amputada: conservarla. Gasas+bolsa plástico.
- Esa primera bolsa meterla en hielo en otro recipiente o bolsa.