La celulitis es un auténtico terror para muchas mujeres. De hecho, entre el 90% y el 95% de las mujeres presentan algún grado de celulitis después de la pubertad.
Los varones no deberían confiarse, porque también pueden padecerla. En zonas distintas, pero la celulitis no distingue sexos.
A muchas cosas se les llama celulitis, pero no todas lo son. Así que lo primero será dejar claro a qué nos referimos cuando hablamos de celulitis.
Empecemos con un vídeo de mi intervención en un programa de televisión hablando de la celulitis:
¿Qué es la celulitis?
Estrictamente hablando, el término “celulitis” describe la inflamación del tejido celular subcutáneo, el que está debajo de la piel. Su causa principal suele ser una infección bacteriana.
De esta celulitis infecciosa (que se trata con antibióticos) no es de la que nos vamos a ocupar en esta parte de la Medicinapedia. Nos vamos a ocupar de una “celulitis” más frecuente.
Hablaremos de “celulitis” refiriéndonos a zonas donde la piel, debido a la acumulación de agua, proteínas y grasa, cambia de aspecto y se asemeja a la corteza de una naranja. En esta celulitis estética no hay ningún bicho involucrado.
Pero que no haya infección no quiere decir que sea un proceso banal. ¡Que se lo digan a las mujeres que la padecen! (y, no se olvide, aunque menos, también a los hombres).
Antes de describir la formación de una zona de celulitis vamos a ver en qué partes del cuerpo tiende a formarse con mayor frecuencia…
¿En qué zonas del cuerpo es más frecuente la celulitis
Como hemos dicho al principio, la celulitis no ataca por igual a hombres y a mujeres. Las zonas más frecuentes de aparición de celulitis varían con el sexo.
- En las mujeres ataca preferentemente en muslos, nalgas, la parte superior de los brazos y la zona inferior del abdomen.
- En los varones se localiza con más frecuencia en la nuca, en la zona inferior del abdomen y en la parte superior de los brazos.
Esta distribución por sexos tiene relación con la distinta distribución de la grasa entre mujeres y hombres, pero no se equivoque: la principal protagonista de la celulitis no es la grasa. Hay muchas más sustancias involucradas.
¡Vamos a verlo de forma clara al describir la aparición de una zona de celulitis!…
¿Cómo se forma la celulitis?
Hay un error muy común, que es asumir que la celulitis depende de estar gordos. Mucha gente piensa que simplemente es una zona en la que la grasa se deposita cuando engordamos. Nada más lejos de la realidad, porque se puede estar muy delgado y tener celulitis.
El fenómeno clave en la celulitis, la causa que no debería usted olvidar, es la variación del peso. Más concretamente: las variaciones muy bruscas de peso. Subir y bajar de peso demasiado rápido. ¡Esta es la causa que desencadena la celulitis! ¡Por eso se puede tener celulitis estando como un palillo!
Estos cambios de peso son el germen de la celulitis. ¿Por qué? Porque cuando engordamos lo que se hincha en nuestro tejido celular subcutáneo son las células que acumulan grasa: los adipocitos, que son como globos que, en vez de con aire, se hinchan y se deshinchan con grasa según engordemos o adelgacemos.
Cuando engordamos rápidamente los adipocitos que están debajo de la piel se hinchan mucho. La piel no tiene tiempo a estirarse y por lo tanto debajo de ella aumenta mucho la presión. Es como un autobús lleno de personas obesas. Con el mismo número de personas irán mucho más apretadas.
Este aumento de presión hace que la sangre que va por el capilar sanguíneo que lleva el oxígeno a esa zona de piel y a sus células esté más apretado. Por eso tiene que “empujar” más a la sangre para que pase. Y lo hace, con esfuerzo, pero lo hace.
Pero en ese momento descubre usted una dieta maravillosa, milagrosa, que su vecina le recomienda con fruición porque a ella le hizo perder 15 kilos, y se pone usted a adelgazar a toda velocidad. Típica “operación bikini”.
¿Qué pasa entonces en su tejido celular subcutáneo? Que esas células que acumulan grasa, esos adipocitos, se adelgazan y dejan de estar apretados. En el autobús van ahora el mismo número de personas, pero muy delgadas, con lo que están muy holgadas y sin apreturas.
Este es el momento clave de la celulitis.
El capilar sanguíneo que está en esa zona de piel y que tenía que empujar mucho para que pasase la sangre, ya que los adipocitos le comprimían, ahora está más libre y se expande. Los agujeros de su pared se hacen más grandes, y el agua de dentro del vaso sanguíneo se vierte al tejido celular subcutáneo saliendo por esos agujeros. ¡No se lo pierda! ¡Simplemente es agua que sale a la dermis!
Estamos asistiendo a la primera fase del establecimiento de una zona de celulitis…
Fase 1 de la celulitis: Edema
Esta primera fase de edema, es decir, de salida de agua desde el vaso sanguíneo hacia el tejido celular subcutáneo, donde las células llenas de grasa ya no están tan llenas porque hemos adelgazado, marca el pistoletazo de salida a la formación de la celulitis.
Este agua hace que empiece a subir la presión en el tejido celular subcutáneo. Antes subió la presión porque habíamos engordado y los adipocitos se hicieron más grandes. Ahora aumenta la presión en la piel porque, aunque los adipocitos han adelgazado, este tejido celular subcutáneo se está llenando de agua. En el símil del autobús, las personas que lo ocupaban siguen estando delgadas pero… ¡se han subido más personas! Por eso empiezan a estar más apretadas.
Este aumento de la presión hace que los vasos sanguíneos que irrigan la zona estén más comprimidos, y que la sangre que viaja por su interior empiece a viajar a menos velocidad. Entramos en la segunda fase de la formación de la celulitis…
Fase 2 de la celulitis: Exudado
Dejamos nuestra película de la celulitis en la sangre viajando más lenta por el vaso sanguíneo y el autobús, el tejido celular subcutáneo, más lleno porque había más ocupantes (los adipocitos y el agua). Pues esto va a empeorar.
Al circular lentamente la sangre, a las proteínas y a los mucopolisacáridos que circulan por ella les da tiempo a ver el panorama y a decidirse a salir del vaso sanguíneo. Y lo hacen.
Salen hacia el tejido celular subcutáneo. El autobús se llena de más gente. Concretamente:
- los adipocitos adelgazados (¡importante, usted no está engordando!),
- el agua,
- las proteínas
- y los mucopolisacáridos.
Tendremos un problema añadido a la superpoblación de este tejido celular subcutáneo: cuando sólo estaba de más el agua, el contenido de este tejido celular era más líquido, más fluido. Más como una sopa que como un puré. Pero esto cambia con la aparición de las proteínas y los mucopolisacáridos.
Ya no es solo agua, sino agua y sustancias mucosas y proteicas. Ese caldo se hace más viscoso. Esa sopa de adipocitos es ahora un puré que va espesándose gradualmente. Es como si en una mezcla de agua y arena empezamos a meter cemento (la fórmula del hormigón). Esto tiene su importancia…
Fase 3 de la celulitis: Fibrosis
Estábamos en la fase anterior asistiendo a la invasión -en la zona donde se va a formar la celulitis- del tejido celular subcutáneo, el que está debajo de la piel, por sustancias distintas del agua: las proteínas y los mucopolisacáridos. Hablábamos de un “puré”, de hormigón.
Pero este “puré”, este hormigón, no se queda en forma amorfa y desordenada.
Como la presión dentro de este tejido que hay debajo de la piel que vemos está aumentando cada vez más, estas proteínas y estos mucopolisacáridos deciden empezar a organizarse. Piensan: “ya que estamos muy apretados, formemos columnas para soportar mejor la presión”. Y se ponen a ello.
Aparecen los tabiques fibrosos, que son como arbotantes, como columnas que distribuyen la presión de forma más homogénea por toda la zona.
No pierda de vista que en ningún momento he hablado de que esté usted engordando.
Todo esto está pasando sin engordar ni un gramo. Los adipocitos son exactamente los mismos y tienen en su interior exactamente la misma cantidad de grasa.
Si no engorda un solo gramo, seguirán así. Pero si encima se pone usted a comer más, estos adipocitos se hincharán, con lo que agravarán el problema.
Pero recuerde: no es necesario engordar para tener celulitis.
Y en esta fase usted aún puede que no sepa que tiene celulitis. Porque aún no es visible en reposo.
Para descubrir que en su cuerpo está formándose esta celulitis, en esta tercera fase habrá de pellizcarse la zona. Cuando coge usted un buen pellizco es cuando descubre que entre los dedos la zona de su piel que debería estar arrugada sin más aparece como la piel de la naranja. ¡Alarma! Esta celulitis progresa.
Con todo este maremagnum que está ocurriendo, ¿la celulitis podría empeorar? ¡Pues sí! Porque nos falta la última fase, la de cicatrización. ¡Vamos a verla!…
Fase 4 de la celulitis: Cicatriz
No vemos la celulitis salvo que pellizquemos la zona. Pero esto va a durar poco. Porque los fenómenos que están formando esta celulitis siguen inexorablemente su curso.
Los arbotantes de proteínas y de mucopolisacáridos se organizan más y se endurecen, atrapando en ellos a los propios vasos sanguíneos. A las arterias les importa un poco menos, pero a las venas y a los capilares linfáticos sí que les supone un serio problema. Porque estos últimos tipos de vasos tienen la pared muy fina, y sufren con cualquier apretura.
Por eso la circulación venosa y linfática, las que deberían sacar de la zona la sangre y el exceso de líquido acumulado fuera de los vasos, van a estar ralentizadas, enlentecidas. Y esto, en vez de suponer una solución, va a suponer un agravamiento de la celulitis, al aumentar el líquido que se acumula en esa zona.
Con esto se establece un círculo vicioso que hace que la celulitis se agrave. Ahora ya no hace falta pellizcarse para verla. Se ve a simple vista, sin tocar la zona. Esa piel se ve arrugada, abollonada, como la piel de la naranja.
Y no me cansaré de recordárselo: ¡usted no ha necesitado engordar! Puede, de hecho, que a raíz de descubrirse la celulitis haya usted pensado en que está ganando peso y se haya puesto a dieta. Le habrá dado igual. El resto de su cuerpo lo notará, adelgazando. Pero las zonas de celulitis no mejorarán nada en absoluto. ¡Porque la grasa no tiene en ellas ningún papel!
Esta es la paradoja de la relación entre la celulitis y el engordar. Son las variaciones bruscas de peso las que desencadenan la cascada de formación de una zona de celulitis, no una ganancia sostenida de peso.
Ya hemos visto que en esta cuarta fase vemos a simple vista la piel de naranja en la zona de la celulitis, pero ¿hay alguna prueba diagnóstica que nos quite toda duda de si lo que vemos es celulitis o no? ¡Vamos a verlo!…
¿Cómo se diagnostica la celulitis?
Si la celulitis ya ha alcanzado la fase 4, la de cicatrización, es fácil de observar a simple vista. Pero una manera más científica de comprobar que tenemos celulitis y no simplemente una zona de acumulación de grasa (recuerde: las personas delgadas pueden tener celulitis) es con un detector termográfico.
Es un detector como los termómetros esos de ponerse encima de la frente y que según la temperatura que tengamos se ponen de un color o de otro. Pues el detector termográfico de celulitis funciona igual.
Una zona de grasa sin celulitis es una zona de poca actividad (de hecho, es un almacén) y por tanto de poca temperatura. Podemos estar gordísimos y el detector termográfico no detectar nada.
Pero en las zonas de celulitis, con la cantidad de actividad que hay por parte de los vasos empujando la sangre, de los tabiques fibrosos organizándose, y de las venas y los vasos linfáticos incapaces de sacar de allí el exceso de líquidos, con esta actividad, el detector termográfico se volverá loco y nos dará una imagen llena de colores.
Así sabemos que esa zona tiene celulitis.
Pero no nos podemos quedar en saber que la padecemos. A la celulitis hay que combatirla. ¿Cómo lo hacemos? Déjeme que se lo cuente, y con eso terminamos…
¿Cómo se puede combatir la celulitis
La mejor forma de combatir a la celulitis es prevenirla. Hemos de evitar que aparezca, porque cuando ya está asentada, cuando ya ha pasado por las cuatro fases que hemos visto, es más problemático solucionar el problema.
Para prevenir la celulitis deberíamos:
- Llevar una dieta equilibrada, rica en frutas y verduras, y evitar el sedentarismo, haciendo ejercicio físico de forma regular.
- Beber mucha agua, para estar bien hidratados.
- Mantenernos en un peso saludable, sin subidas y bajadas bruscas -que sabemos que son el primer paso para empezar con la celulitis-.
- Evitar el exceso de azúcares simples, porque estos azúcares de los dulces y las golosinas son perjudiciales para nuestro tejido graso, ya que le estimulan mucho a crecer (lipogénesis), pudiendo iniciar la cascada de la formación de la celulitis.
- Evitar el tabaco, porque fumar es muy perjudicial para los vasos sanguíneos, protagonistas estelares en la formación de la celulitis.
Una vez que ya tenemos celulitis, una vez que ya hemos fracasado con las medidas preventivas de esta molesta condición, ya tendremos que ponernos a tratarla.
Hay varias medidas terapéuticas no invasivas para la celulitis que habrá de consultar con su médico, para que le haga un plan personalizado ajustado a sus características personales:
- Hacer deporte: sobre todo ejercicio aeróbico como caminar y subir escaleras. También son muy útiles los ejercicios localizados en las zonas problemáticas, duchándonos con agua fría después del trabajo para que este frío aumente el tono muscular.
- Masoterapia: masajes dados por profesionales de la fisioterapia, y con un programa adaptado a su caso concreto.
- Presoterapia: máquinas que administran presión en ciertas zonas del cuerpo donde puede usted tener celulitis, siempre controladas por su médico o por su fisioterapeuta.
- Medicación: fármacos despolimerizantes -para romper los mucopolisacáridos que se acumulan-, fármacos venotónicos -para mejorar la función de las venas y que ayuden a extraer líquidos de la zona-, fármacos diuréticos -para eliminar más líquidos-.
Si todo esto falla, habrá que pasar a usar munición de mayor calibre. Habra que pasar a las medidas invasivas.
Tendrá usted que acudir a su cirujano plástico para realizarse una liposucción. Pero no se confíe, porque esta solución sí que es rápida y ejecutiva, pero no es definitiva. Puede usted recaer y volver a presentar celulitis en una zona en la que ha llevado a cabo una liposucción, así que una vez realizada habrá de tener mucho cuidado con las medidas preventivas para que la celulitis no vuelva a aparecer.
Ya ve. La celulitis no es simplemente engordar. Es mucho más. Y aunque lo mejor es prevenirla, hay muchos tratamientos que ayudan a solucionarla.
Vamos a resumir a grandes rasgos lo que hemos visto acerca de la celulitis…
Resumiendo…
- La celulitis es un proceso más complejo que simplemente el depósito de grasa
- Comienza con una hinchazón de la zona por acumulación de agua.
- Sigue con el depósito de mucopolisacáridos y proteínas.
- Se organizan tabiques de tejido conectivo.
- Finalmente se produce la fibrosis, que endurece la zona.
- Todo esto puede acompañarse del depósito de grasa, que la agrava.
- El tratamiento ha de ser multidisciplinar.
- Hay que usar dieta, ejercicio, masajes, presoterapia y, a veces, medicación.
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