El colon irritable, o dicho más finamente, el síndrome del intestino irritable, es una enfermedad que tiene truco. No conocemos sus causas, no hay una prueba fiable que lo diagnostique, y cada vez se lo auto-diagnostican más personas.
Vamos a ver con detenimiento esta enfermedad, para evitar falsos diagnósticos por un lado, y para dar ideas a personas que pueden padecer de colon irritable y no lo saben.
Para empezar, vea este vídeo de mi intervención en un programa de televisión en el que hablo del colon irritable:
¿Qué es el colon irritable?
El colon irritable, o síndrome del intestino irritable, o síndrome del colon irritable, o síndrome del colon espástico (que todos los nombres se usan) es un trastorno de la motilidad del intestino grueso.
No es una intolerancia alimentaria (como la intolerancia a la lactosa, por ejemplo) ni una alergia alimentaria. Tampoco es un cáncer de colon. Lo que está alterado en este síndrome es el movimiento del intestino grueso.
Este movimiento alterado del colon trae consigo muchas molestias en la barriga y, sobre todo, la alteración del ritmo de las deposiciones, que es su rasgo más característico.
Pero no se vuelva loco si usted pasa del estreñimiento a ir más suelto al baño y viceversa. Es normal que su ritmo intestinal ande un poco alterado en relación con lo que coma y por motivos de horarios, vacaciones, medicamentos, viajes…
El colon irritable es una situación anormal, excesiva con respecto a los cambios de ritmo normales, y la persona que lo padece sabe que eso no es normal.
Seguro que usted conoce a alguien que padece de colon irritable. Y seguro que tiene la curiosidad de si afecta preferentemente a alguna edad o condición determinadas. ¡Vamos a verlo!…
¿A quiénes afecta con más frecuencia el colon irritable?
El colon irritable es una enfermedad frecuente. Y, luego entenderemos por qué, está aumentando de frecuencia. Afecta a 5 personas de cada 1.000, lo que no es mucho, pero tampoco es poco.
El problema es que muchas más personas acuden al médico con síntomas que podrían ser de un colon irritable y al final no terminan de ser diagnosticadas de la enfermedad. La tercera parte de las consultas ambulatorias de digestivo son debidas al síndrome del intestino irritable.
Es más frecuente en las mujeres, pero no por mucho margen. En mujeres tiene una incidencia del 14-24% frente a un 5-19% en varones.
Aunque ya se lo he dicho en la primera frase de esta página, desvelando el misterio, ocupémonos ahora de las causas del colon irritable…
¿Cuáles son las causas del colon irritable?
No se conocen las causas del síndrome del intestino irritable. Eso ya sabemos lo que implica: no se puede curar. Se pueden manejar sus síntomas, pero no se puede anular su causa.
Los factores que pueden desencadenar la aparición o el agravamiento de los síntomas del colon irritable son:
- El estrés psicológico (que es el desencadenante más frecuente, aunque suene a un cajón de sastre, o a la forma de encubrir el desconocimiento de la causa de la enfermedad).
- Ciertas comidas, como los lácteos (sin ser una intolerancia a la lactosa), los alimentos flatulentos (verduras crucíferas, legumbres), los cereales o los cítricos (naranja, limón).
- El café.
- Las bebidas azucaradas tipo refresco.
- Los edulcorantes artificiales (como la sacarina o el aspartame).
Ya que no sabemos qué causa concretamente el colon irritable, vamos a ver qué pasa en el intestino grueso de la persona que lo padece…
¿Qué pasa dentro del cuerpo de la persona con colon irritable?
Lo que sabemos que ocurre en el intestino grueso de la persona que tiene síndrome del intestino irritable es que los nervios que se encargan de controlar el movimiento armónico de este tramo del tubo digestivo están un poco locos.
Estos nervios forman parte del sistema nervioso autónomo que, como su nombre indica, nosotros no podemos controlar con la voluntad. No podemos decirle al colon cuándo se tiene que contraer y cuándo se tiene que relajar. Por eso el nivel de excitación de estos nervios que llegan al intestino grueso escapa a nuestro control.
En el colon irritable, estos nervios del sistema nervioso autónomo se ponen demasiado excitados y ejercen una función de irritación de los músculos de la pared del colon. Estos músculos se contraen mucho, y se contraen mal.
Al contraerse mucho notamos mucho movimiento en la tripa. Y además los restos de alimento que han llegado hasta el colon se baten más, generando más gases, lo que estira la pared del intestino grueso, acentuando su irritabilidad.
Al contraerse mal habrá momentos en los que empujen mucho las heces hacia adelante y otros momentos en que incluso hagan que se queden paradas en el mismo sitio, sin progresar hacia el ano.
Esta movilidad alterada hace que los síntomas del colon irritable sean la consecuencia lógica de estos fenómenos…
¿Qué síntomas produce el colon irritable?
La persona con colon irritable tiene alterado su ritmo intestinal. Unas veces tiene estreñimiento y otras veces no sale del WC aquejado de diarrea. Alternan entre uno y la otra, pero sin un patrón regular, sin poder prever qué vendrá a continuación.
Antes de defecar el intestino empuja demasiado, lo que provoca dolor de barriga que se alivia una vez hemos defecado. Este dolor se localiza en el lado izquierdo del abdomen, en el tramo final del intestino grueso, que es donde las contracciones son más fuertes al acumularse más heces.
Pero la persona con colon irritable cuando defeca tampoco lo hace normalmente. Tiene muchas ganas, lo cual le hace acudir con urgencia al inodoro. Una vez allí, produce y se alivian sus dolores cólicos. Pero no defeca completamente, con lo que sale del WC con la sensación de que la tarea no está terminada.
Como nunca la desdicha es completa, al menos esta locura de ritmo defecatorio no altera el sueño de la persona con colon irritable, ya que por la noche la motilidad alocada del intestino grueso se aplaca. Al día siguiente volverá.
Con esos síntomas inespecíficos de dolor de barriga y de ritmo defecatorio alterado acude la persona con colon irritable al médico, esperando un diagnóstico que requiera pruebas diagnósticas complicadas. Nada de eso…
¿Cómo se diagnostica el colon irritable?
El diagnóstico de colon irritable es clínico. Se hace en base a los síntomas y a la pericia del médico. No se trata tanto de diagnosticar el colon irritable, sino de descartar otras causas más graves que puedan explicar los síntomas.
Por eso el médico no nos pedirá ninguna prueba, y si nos la pide es que nuestro caso le ha hecho sospechar algo más y quiere descartarlo.
El colon irritable no altera la analítica, no altera la radiografía abdominal (más allá de que en la placa se vean muchos gases), no altera la colonoscopia (los nervios alterados no se ven desde el tubo que metemos por el ano) y no altera ni la TAC ni la resonancia.
Así que su gozo en un pozo si creía que tras unas pruebas sofisticadas (y muy caras) su penar se había acabado y sus molestias tenían por fin un culpable claro.
Nada de eso. Se va usted del médico con su diagnóstico de síndrome de colon irritable habiendo su doctor explorado simplemente su barriga con las manos y con el fonendo.
Pero no se va con las manos vacías. Se va con unas indicaciones para disminuir o abolir las locuras rítmicas de su intestino grueso. Le cuento cuáles son estas recomendaciones y terminamos…
¿Cuál es el tratamiento del colon irritable?
Como ya habrá deducido de todo lo que hemos comentado hasta ahora, la relajación para evitar el estrés psicológico es clave en esta enfermedad. Nervios estresados es igual a colon irritable. Nervios tranquilos es igual a paz intestinal.
Si no domina las técnicas de relajación, es un buen momento para aprenderlas.
Si con fitoterapia (plantas sedantes, que tienen efecto ligero) no le resulta suficiente, seguro que su médico le prescribe alguna pastilla para bajar ese nerviosismo y esa ansiedad.
Además de la relajación hay que evitar irritar al intestino grueso con lo que comemos. La persona con colon irritable ha de controlar su dieta para evitar los desencadenantes que comentamos antes:
- Ha de hacer una dieta pobre en grasas, que son menos digestibles que los otros macronutrientes.
- Ha de evitar los alimentos flatulentos para que los gases no estiren la pared del intestino grueso y desencadenen su irritación.
- Ha de tener cuidado con la fibra, porque si tiene tendencia al estreñimiento más que a la diarrea la fibra puede acentuarlo si no se bebe mucho agua.
- Por supuesto que adiós al café, a los refrescos y a las bebidas gaseosas.
- Y no se lo comenté antes, pero también hay que dejar el chocolate, que puede desencadenar los brotes de colon irritable.
Cuidando la psique (evitando el estrés) y cuidando lo que se come, el ritmo intestinal puede normalizarse y, aunque la persona no se cure de su colon irritable, puede vivir mucho mejor sin sus síntomas. Mejorar la calidad de vida de las enfermedades que no podemos curar (aún) es muy importante.
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