Dieta alcalina - Todo lo que necesita saber

Dieta alcalina

La dieta alcalina es una dieta que periódicamente se pone de moda, muy apoyada por campañas de marketing que suele protagonizar el famoso de turno (que cobra por ello, y además seguro que no la sigue).

Su utilidad se centra sobre todo como dieta para adelgazar aunque, como veremos más adelante, se dice que tiene otros enormes beneficios para la salud (ya se lo adelanto: no los tiene).

Pero vayamos por partes. Comencemos averiguando qué es realmente la dieta alcalina

¿Qué es la dieta alcalina

La dieta alcalina es una dieta pretendidamente saludable (no lo es) que propone que lo ácido es malo para nuestra salud y que por lo tanto tenemos que alcalinizar el cuerpo por medio de la alimentación.

Para ello hay que tomar alimentos que “disminuyan la acidez del cuerpo”, es decir, que “lo alcalinicen”. Pongo ambas afirmaciones entre comillas para hacer notar que son rematadamente falsas. En breve le explicaré por qué.

Por ahora centrémonos en qué alimentos permite y proscribe la dieta alcalina

Alimentos permitidos y alimentos prohibidos en la dieta alcalina

¿Qué hay que comer para seguir una dieta alcalina? Muy sencillo: alimentos “alcalinos”, como los vegetales y frutas.

¿Qué hay que evitar comer para seguir una dieta alcalina? También es muy sencillo: los alimentos “que acidifican el cuerpo”: las proteínas animales (carnes, pescados, huevos…), los lácteos

Como ya habrá deducido usted, con estos alimentos permitidos y los otros alimentos prohibidos, la dieta alcalina no deja de ser un vegetarianismo, con los beneficios y riesgos para la salud que conlleva cualquier dieta vegetariana estricta y, por tanto, desequilibrada.

Seguro que se estará preguntando:

¿Quién ha podido estar tan ocioso como para perder el tiempo inventando la dieta alcalina?

Se lo cuento, porque es muy ilustrativo (y muy lucrativo para los que, como él, las venden)…

¿Cuál es el origen de la dieta alcalina?

Uno de los promotores más famosos de la dieta alcalina es un tal Robert O. Young.

Podría usted pensar que para inventar una dieta hay que ser un médico de reconocido prestigio y con capacitación seria y específica en el ámbito de la nutrición. ¡Pues no! Eso era antes. Ahora cualquier cantamañanas puede inventar una dieta que sigan millones de personas como ovejas acríticas. ¡Así nos va!

Este personaje, el tal Robert O. Young no es médico. Él dice tener títulos en “medicina alternativa y natural” (esa no-medicina sin refrendo científico alguno que, siendo completamente inútil para tratar enfermedades serias, sí es completamente capaz de sacar el dinero a los incautos) de esos que se expiden en cualquier kiosko de amigos, con nombres rimbombantes y nula acreditación oficial.

Y con esa pseudo-titulación se permite idioteces tan peligrosas como recomendar la sustitución de la quimioterapia por la herboristería en pacientes con cáncer.

Con estos padres obviamente la dieta hija ha de ser un timo esférico.

Para que usted entienda el nulo fundamento que tiene la dieta alcalina, déjeme que le explique cómo funciona realmente el cuerpo humano…

Funcionamiento del cuerpo humano… y de la dieta alcalina

La tesis básica de la dieta alcalina es que si comemos alimentos “alcalinos” conseguimos que el pH del cuerpo sea “menos ácido”. Y ellos dicen que tener un pH ácido en el cuerpo es malo para la salud, con lo que la dieta alcalina es muy beneficiosa.

Vamos a ver cómo funciona realmente el cuerpo humano, ya que es la mejor manera de darse cuenta de que este fundamento de la dieta alcalina es una película que alguien se ha montado en su cerebro (estimulado o no por sustancias psicoactivas, eso no lo sé).

Empecemos por la boca…

Primera etapa: la boca

Cuando come usted cualquier tipo de alimento (carnes, pescados, legumbres, lácteos, huevos, frutas, verduras…) lo mastica en la boca. Con eso lo reduce a trozos más pequeños.

Al mismo tiempo que mastica, en la boca se vierte la saliva procedente de las múltiples glándulas salivares de la zona, lo que ayuda a fluidificar ese alimento triturado haciendo el bolo alimentario.

En la boca y con la saliva tiene usted el primer cambio de pH: la saliva alcaliniza el bolo masticado (compuesto de cualquier tipo de alimentos, ya sean pretendidamente “ácidos” o supuestamente “alcalinos”), por lo tanto lo hace menos ácido.

Eso es bueno para la dieta alcalina, ¿no? En teoría, sí. Por ahora. Pero sigamos…

Segunda etapa: el estómago

En el estómago el bolo alimentario va a pasarse unas horas, siendo atacado químicamente y siendo batido para que la papilla se haga más fluida.

El ataque químico viene de la acidez gástrica, que es muy fuerte. Son protones (iones de hidrógeno cargados positivamente) producidos por la pared del estómago, que ayudan a disolver más los trozos de alimento y también a defenderle de las bacterias que puedan haber entrado con la comida.

Con esa enorme acidez gástrica el fundamento de la dieta alcalina se va a hacer gárgaras: la mezcla del estómago es ácida. ¡Con lo que se había usted esforzado en comer alimentos “alcalinos” para seguir la dichosa dieta!

No vamos bien. Es un paso atrás, pero esto no termina aquí. No se desmoralice. Continuemos…

Tercera etapa: el intestino delgado

Llega al intestino delgado la papilla del estómago con toda su carga de acidez, pero en el interior de este intestino delgado el pH vuelve a alcalinizarse un poco.

¡Bravo! El intestino delgado vuelve a estar a favor de la dieta alcalina. Teóricamente.

Digo “teóricamente” por ser irónico. Porque todavía estamos en la luz del intestino delgado, muy lejos de cada una de las células de su cuerpo.

Independientemente del ambiente que tenga el intestino delgado en su interior, se producirá la absorción de los nutrientes, en sus formas más sencillas:

  • hidratos de carbono (en forma de azúcares sencillos),
  • proteínas (en forma de aminoácidos),
  • grasas (en forma de ácidos grasos),
  • vitaminas
  • minerales.

¿Adónde van esos nutrientes individuales? Al líquido linfático y a la sangre. En la sangre, que es su destino final, estarán hasta que sean llevados donde sean necesarios.

Y aquí está la clave de todo el proceso y la gran mentira de la dieta alcalina: en la sangre. Déjeme que se lo cuente con un poco más de detalle…

Cuarta etapa: la sangre

La sangre es un líquido que tiene un pH (una acidez) muy controlado. Sus niveles oscilan entre 7,35 y 7,45. Y de ahí no salen salvo en casos de enfermedades metabólicas.

Este pH de la sangre no depende en absoluto de lo que comamos o no comamos, porque hay dos órganos que se encargan de mantener ese pH sanguíneo dentro de sus niveles: los riñones y los pulmones.

  • Con la respiración producimos más o menos acidez para la sangre, para compensar cualquier variación en su pH.
  • Y con la eliminación renal de esta acidez, en mayor o menor medida, también mantenemos este pH de la sangre en sus cifras normales.

Es aquí, en la orina que eliminamos, que tiene un rango de pH más amplio (entre 4,5 y 8) donde sí tiene incidencia lo que usted coma. La orina sí la puede usted alcalinizar con lo que come.

Alimentarse de una forma o de otra hace que el pH de su orina aumente o disminuya, porque se estará eliminando más o menos acidez. Esto es importante para, por ejemplo, la formación de cálculos, de piedras en la orina.

De todos modos no pierda de vista que el interior de la vejiga ya es “fuera” de su cuerpo. Ya ha eliminado usted esa orina. Sólo está pendiente de que exprima la vejiga para que la expulse al W.C.

No nos perdamos. Todavía estamos en la sangre, pero nos queda una etapa final en este funcionamiento del cuerpo humano que está sirviendo para ver el sinsentido de la dieta alcalina

Quinta etapa: las células del cuerpo

La sangre llega a todas las células del cuerpo para proporcionarles oxígeno y nutrientes, imprescindibles para que éstas cumplan sus funciones.

La sangre tiene un pH muy controlado, como hemos visto. Y esto ayuda a que en los tejidos y en las células la acidez también sea más o menos constante (en ausencia de inflamación o de enfermedad).

Porque la sangre hace de sistema amortiguador de la acidez o la alcalinidad de los tejidos de nuestro cuerpo, así como hemos visto que los pulmones y los riñones eran los controladores del nivel de pH en la sangre.

Con todo esto ¿es usted capaz de creer que comiendo pescado van a estar sus células bañadas en acidez, y en cambio dándose un atracón de escarola sus células van a estar felices y pletóricas de salud en su spa alcalino? ¡Seamos serios!

Ya ve que el cuerpo tiene un sistema de funcionamiento que evita estas tonterías y estas invenciones que propone como ciertas la dieta alcalina. Con lo que ya puede sospechar que los pretendidos beneficios de seguir dicha dieta no serán tales. ¡Vamos a verlos en detalle!…

La dieta alcalina y sus (pretendidos) beneficios para la salud

Hablaremos de tres pretendidos (por lo tanto ya se lo digo yo: ¡completamente falsos!) beneficios de la dieta alcalina para la salud:

  1. El combate contra el cáncer
  2. Adelgazar
  3. La mejora del rendimiento deportivo

Vamos a ellos, más en detalle…

La dieta alcalina y el cáncer

Una de las mayores y más peligrosas afirmaciones sobre los beneficios de la dieta alcalina es que cura y previene el cáncer. Peligrosa porque personas muy confiadas dejan los tratamientos científicos del cáncer y se abonan a estas dietas con el resultado esperable: progresión del cáncer y fallecimiento.

La base de este falso beneficio de la dieta alcalina, como en toda manipulación, es retocar una verdad a medias y tejer en torno a ella una historia fácil de entender para que tenga, de cara a las mentes crédulas, ciertos visos de verosimilitud.

Las células que han sufrido una transformación desde células normales a células cancerosas es cierto que crecen mejor en ambientes ácidos. Pero esto se produce en el laboratorio, en la probeta, que es donde se ha podido comprobar.

Ya hemos visto que el pH de la sangre y por tanto el de los tejidos y las células del cuerpo está mucho más controlado. Por eso el cáncer dentro del cuerpo no se comporta igual que en el laboratorio.

Y por eso no se puede coger con pinzas el argumento de la acidez y elaborar la tontería de la dieta alcalina para combatir el cáncer. Porque no lo combate en absoluto.

Veamos qué relación tiene la dieta alcalina con el proceso de adelgazar

La dieta alcalina como dieta para adelgazar

Otro de los usos de la dieta alcalina que mencionamos al principio es el tema de adelgazar.

Perder el peso que nos sobra es algo que todo el mundo ha intentado alguna vez. De ahí la proliferación de dietas para vencer a la obesidad. Pues la dieta alcalina se vende como dieta de adelgazamiento.

Es cierto: la dieta alcalina, al estar compuesta de alimentos con poca densidad calórica, hace adelgazar. Pero es desequilibrada, porque elimina alimentos necesarios en nuestra dieta por su aporte de determinados nutrientes, con lo que el peligro supera con mucho al potencial beneficio. No se puede adelgazar de cualquier manera.

Y tampoco es buena para los deportistas. Vamos a ver por qué…

La dieta alcalina y el deporte

Otro beneficio que está muy de moda últimamente es utilizar la dieta alcalina para mejorar el rendimiento deportivo.

No tiene ni pies ni cabeza.

Lo único que explica -además del efecto placebo sobre el deportista que la pone en práctica- que se refiera a la dieta alcalina como buena para la persona que practica deporte es la pérdida de peso que produce, lo que debería ayudar a rendir mejor en cierto tipo de deportes.

Pero el peso que se pierde no es a costa de la grasa. También se pierde músculo, así que una cosa por otra.

Por eso, y a modo de cierre, hágame caso: la dieta alcalina es un timo. No la haga. Y no haga ni caso a los pretendidos “sabios” que se la vendan como la panacea para la salud.

Vamos a resumir lo que hemos visto acerca de la dieta alcalina…

Resumiendo…

  • La dieta alcalina es la que se basa en comer alimentos “alcalinos” que eviten la acidez del cuerpo.
  • Es una forma de vegetarianismo.
  • Es una dieta desequilibrada y por lo tanto no es sana.
  • De ninguna manera sirve para tratar ni para prevenir el cáncer.
  • No mejora el rendimiento deportivo.
  • No haga una dieta alcalina. No son saludables.

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