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Helicobacter pylori

Seguro que ha oído hablar del Helicobacter pylori. Ya sea por sí mismo o relacionado con otras enfermedades, como la úlcera gástrica o incluso el cáncer de estómago o el cáncer de esófago.

Nosotros vamos a ocuparnos aquí de conocer a este microorganismo y ver cómo infecta el estómago humano. Y veremos cómo se diagnostica su presencia y cuál es su tratamiento.

¡Comenzamos!…

¿Qué es el Helicobacter pylori?

Lo primero que ha de saber usted es que el Helicobacter pylori es una bacteria, no un virus. Esto es importante, porque como toda bacteria, este microorganismo es atacable por medio de antibióticos. Y eso nos da más esperanzas de vencerlo que si fuese un virus.

Es la única bacteria que puede vivir en el estómago humano, porque resiste su acidez.

La acidez gástrica, además de ser necesaria para la digestión de los alimentos, es un mecanismo de defensa químico frente a microorganismos que entren por la boca. Pues la bacteria Helicobacter pylori no solo resiste el ataque de esta acidez gástrica, sino que vive en ella tan a gusto.

No es una bacteria rara e infrecuente. Todo lo contrario. Se estima que la mitad de las personas mayores de 65 años en Occidente están colonizadas por la bacteria.

Si esto es así, puede usted deducir que es fácil contagiarse, ¿no le parece?

Vamos a ver cómo es el contagio del Helicobacter pylori

¿Cómo se contagia la infección por el Helicobacter pylori?

Para poder infectarnos, el Helicobacter pylori ha de llegar procedente de otro sitio. Es decir, nos hemos de contagiar.

No viene por el aire, a diferencia por ejemplo del virus de la gripe.

Como este microorganismo vive en nuestro estómago, su vía de contagio ha de tener alguna relación con nuestro tracto digestivo. Y la tiene.

Podemos contagiarnos del Helicobacter pylori por vía gastro-oral (la bacteria está en la saliva y con besos o cosas que han sido chupadas nos contagiamos) o por vía fecal-oral (la bacteria se expulsa por las heces y esas heces contaminan alimentos que luego comemos).

Con los besos, compartir elementos como tazas, vasos, cubiertos para comer, o por contaminación de alimentos que comemos, la bacteria llega a nuestra boca y desde allí bajará con la saliva o con el bolo alimentario hasta el estómago.

Vamos a ver cómo puede vivir esta bacteria en nuestro estómago infectándonos…

¿Cuál es el mecanismo de la infección por el Helicobacter pylori?

El Helicobacter pylori llega a la mucosa del estómago y ve que allí puede vivir muy bien. De hecho, no tiene competencia por otros microorganismos porque ningún otro resiste el ambiente ácido que allí reina.

El Helicobacter aterriza con sus flagelos y se “clava” en la mucosa gástrica debido a su forma de tornillo. Para evitar el ataque del ambiente ácido del estómago él produce amonio, que neutraliza la acidez. Así se genera su microclima.

Cuando se juntan muchas bacterias de este tipo empiezan a cambiar la mucosa del estómago donde están situadas: hacen que las células que producen la acidez disminuyan en número, apareciendo una gastritis crónica atrófica, que va a producir síntomas por los que podemos detectar que estamos infectados.

¡Veamos esos síntomas!…

¿Qué síntomas produce la infección por el Helicobacter pylori?

Una mala noticia: más de 7 de cada 10 personas infectadas por el Helicobacter pylori no sufren ningún síntoma, por lo que no saben que están infectadas.

Cuando aparecen síntomas (en menos de 3 personas de cada 10 infectadas) suelen ser inespecíficos: lo más frecuente es hacer malas digestiones. Esta dispepsia (que así se llama finamente el síntoma) es muy inespecífica: puede deberse a mil causas, y por eso no sospechamos que estamos infectados.

Cuando a resultas de esos cambios en la mucosa, con su inflamación o gastritis, aparece una rotura de la pared del estómago y una úlcera, notaremos molestias estomacales 2-3 horas después de las comidas, cuando el estómago se vacía. Estas molestias se alivian comiendo otra vez.

Esto ya nos puede poner la mosca detrás de la oreja y hacer que visitemos a nuestro médico

¿Cómo se diagnostica la infección por el Helicobacter pylori?

Cuando vamos al médico y le contamos nuestros síntomas no suele pensar como primera posibilidad diagnóstica en el Helicobacter pylori. Es la reiteración de visitas lo que suele encender la luz de la sospecha.

Pero esa sospecha hay que confirmarla. ¿Cómo lo hacemos? Puede ser de uno de estos cuatro modos:

1.- Análisis de sangre

¿Para que hacemos un análisis de sangre, si el Helicobacter pylori no entra en la sangre, sino que vive tranquilo en nuestra mucosa gástrica?

Porque las células de las defensas detectan la presencia de este microorganismo en la piel que recubre por dentro nuestro estómago (mucosa gástrica), ya que al colonizarla empieza a horadarla, y empiezan a pelearse contra él.

En la pelea entre nuestras defensas y el Helicobacter pylori se producen anticuerpos específicos frente a la bacteria, y esos anticuerpos son los que detectamos cuando hacemos el análisis de sangre.

Pero esta no es la única prueba…

2.- Prueba del aliento

La prueba del aliento le provoca mucha curiosidad a mucha gente. Piensan, erróneamente, que lo que se mide en esta prueba el la presencia del Helicobacter pylori que expulsamos en micro gotas de saliva al hacer la prueba.

No es así.

En la prueba del aliento el médico mete en su estómago urea marcada con carbono-13 en vez de con carbono-14. Si hay Helicobacter en su estómago, cuando llega esta urea la enzima ureasa que tiene la bacteria la degrada en amoniaco y dióxido de carbono (CO2). Este CO2 entra en la sangre y llega hasta los pulmones, donde pasa a los alveolos para ser expulsado.

Si en la prueba del aliento exhalamos aire con este carbono-13 en él, junto con parte del que se ha formado en el estómago y sale directamente en forma de eructo, es que tenemos Helicobacter pylori en nuestro estómago, porque si esta bacteria no estuviera presente no se habría dado la reacción química de la ureasa.

Un medio sencillo de diagnóstico. Más sencillo que el que nos queda por describir…

3.- Prueba de antígenos en las heces

Esta prueba se trata de descubrir trozos del Helicobacter pylori, que se han ido muriendo, en nuestras heces.

Las bacterias muertas se despegan de la mucosa gástrica y siguen por el tracto digestivo atravesando el intestino delgado y el colon hasta llegar al ano. Allí se expulsan mezcladas con las heces. Y en esas heces es donde nosotros las podemos detectar.

Esta prueba es un poco más liosa que la del aliento, aunque no tan invasiva como la que me queda por contarle…

4.- Biopsia de la mucosa gástrica

Como último recurso podemos meter un gastroscopio en el estómago y pellizcar la piel de este órgano (que al estar en nuestro interior se denomina realmente “mucosa”) y tratar de coger un trozo donde haya bacterias.

Esta biopsia gástrica se la mandaremos al patólogo para que busque con el microscopio la presencia del Helicobacter pylori en ella.

Como ve, la falta de especificidad de los síntomas de la infección por el Helicobacter pylori es compensada por las cuatro pruebas específicas para descubrir su presencia.

Una vez descubierta la presencia de esta bacteria en nuestro estómago hay que erradicarla de allí. ¿Cómo lo hacemos? Se lo cuento (y con esto terminamos)…

¿Cual es el tratamiento de la infección por el Helicobacter pylori?

Recuerde que el Helicobacter pylori es una bacteria. Y para matarla, ya que no lo consigue nuestra acidez gástrica, hay que usar antibióticos.

Se suelen dar dos antibióticos, aunque esto va cambiando con el tiempo y específicamente con el perfil de resistencias de la bacteria. Los más frecuentes son la amoxicilina y la claritromicina, aunque también se usan la azitromicina y el levofloxacino. Su médico le prescribirá la combinación adecuada según dónde viva usted.

También se le quita un poco de acidez mientras dura el tratamiento, añadiendo un inhibidor de la bomba de protones, el omeprazol, a las pastillas que tiene usted que tomar.

Es importante erradicar la bacteria, porque si no lo logramos producirá una infección crónica, ya que nuestras defensas no son capaces de erradicarla. A veces necesitará usted varios ciclos de tratamiento hasta acabar definitivamente con el microorganismo.

Y la infección crónica por el Helicobacter pylori hemos visto en otras partes de esta medicinapedia que puede tener relación con el cáncer de estómago y con el cáncer de esófago.

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