Las metástasis pulmonares es la forma en la que muchos cánceres llegan al final de su evolución. Pueden dar metástasis pulmonares:
- el cáncer de colon
- el cáncer de estómago
- el cáncer de esófago
- el cáncer de mama
- el cáncer de útero
- el cáncer de cuello uterino
- el cáncer de próstata… ¡Y muchos más
Pero así como es cierto que las metástasis pulmonares pueden ser la causa de la muerte de la persona -cosa que veremos detalladamente un poco más abajo-, no hay que desesperarse. Las metástasis pulmonares de pueden paliar con múltiples tratamientos. La elección de esos tratamientos dependerá de cuál es el cáncer que ha causado las lesiones pulmonares.
Incluso se pueden tratar de forma eficaz, siempre que se cumplan ciertas condiciones.
Veamos detalladamente qué son y qué síntomas producen las metástasis pulmonares en los enfermos de cáncer que las padecen.
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¿Cómo llegan al pulmón las células tumorales?
Vea este vídeo en el que se narra el proceso de llegada al pulmón de las células de un tumor localizado en cualquier parte del cuerpo:
Las metástasis pulmonares son grupos de células cancerosas que se juntan para vivir dentro de los pulmones. Crecen progresivamente, formando masas cada vez más grandes.
Estas células cancerosas pueden provenir de cualquier sitio del cuerpo. Al pulmón llegan a través de la sangre.
En el órgano donde aparece el cáncer original las células de este tumor rompen la pared de un vaso sanguíneo y viajan por todo el cuerpo buscando un sitio donde les guste vivir.
El pulmón suele ser un destino muy frecuente, porque dentro de él los vasos sanguíneos se van haciendo muy pequeños (para que su sangre se llene de oxígeno). Cuando el vaso se hace muy pequeño la sangre circula más lentamente en él, y por eso es fácil que las células tumorales que van nadando abandonen el vaso saliéndose por alguno de sus poros.
Vivir en el pulmón les permitirá a las células de la metástasis estar bien oxigenadas y tener acceso al alimento que les llega por la sangre, ya que el pulmón tiene mucho riego sanguíneo. Una situación ideal para ellas.
¿Cómo se pasa de una célula tumoral a una metástasis que crece progresivamente, y qué consecuencias tiene este crecimiento?
No deje de ver este vídeo en el que se cuenta de forma visual el crecimiento de las células cancerosas en el pulmón hasta formar una metástasis:
No todas las células cancerosas que llegan al pulmón acabarán formando una metástasis pulmonar.
De hecho, la mayoría de estas células, al menos al principio, morirán a manos de los elementos defensivos del propio pulmón, que las reconocen como extrañas.
Pero llega un momento que las defensas pulmonares se ven superadas porque son muchas células las que están llegando, y muchas empiezan a escaparse y sobrevivir al ataque.
Cuando estas células que han evitado a las defensas se meten dentro de la “carne” del pulmón, empiezan a crecer desordenadamente, con lo que formarán masas de milímetros de tamaño, que pasarán a tener centímetros.
Estas metástasis pulmonares al crecer empujarán a los trozos del pulmón normal que tengan cerca, ya sea el tejido pulmonar que está trabajando en la oxigenación de la sangre, o los propios vasos sanguíneos del pulmón, produciendo los síntomas que vamos a ver a continuación.
Los síntomas de las metástasis pulmonares
La mayoría de las personas con metástasis pulmonares no presentan ningún síntoma, y estas metástasis se descubren al hacer alguna prueba diagnóstica de imagen en el tórax.
Aproximadamente un 20% (una de cada cinco) de las personas con metástasis pulmonares sí que presentarán síntomas, siendo los más frecuentes la tos y la tos con sangre (hemoptisis).
También, con menor frecuencia, pueden ocasionar la aparición de otros síntomas, como el hipo o la irritación de la pleura.
¡Vamos a verlos todos, uno por uno!…
¿Por qué pueden producir tos las metástasis pulmonares?
La tos es un síntoma muy frecuente en todos aquellos procesos localizados en el pulmón. Vea en este vídeo la causa de que las metástasis pulmonares produzcan tos a las personas que las padecen:
Tosemos cuando algo está irritando nuestros bronquios, que son los tubos por medio de los cuales el aire llega a la zona en la que oxigena la sangre.
Si respiramos una partícula grande, al estimular el reflejo de la tos, consigue que se expulse otra vez a la atmósfera, evitando que se acumule en los pulmones.
Pero en las metástasis pulmonares los elementos que desencadenan el reflejo de la tos, al irritar la pared de los bronquios, no vienen de fuera del cuerpo. Proceden de dentro.
El montón de células que está creciendo dentro del pulmón toca la pared bronquial y nos hace toser. Pero como no podemos expulsar nada, porque esa metástasis ha venido de dentro. Seguiremos tosiendo, cada vez más.
Toseremos durante el día y toseremos durante la noche, porque el tumor no entiende de ritmos horarios y estará irritando al bronquio todo el tiempo.
A veces la tos de una persona con metástasis pulmonares sale manchada de sangre ¿A qué es debido?
Un poco más arriba hemos hablado de la tos. Vea en este vídeo por qué se produce uno de los fenómenos que más asustan a las personas que padecen metástasis pulmonares: la aparición de sangre cuando tosen.
Los grupos de células tumorales al crecer dentro de los pulmones pueden entrar en contacto con uno de los miles de pequeños vasos sanguíneos que contienen estos órganos.
Cuando esto sucede, al principio el vaso sanguíneo simplemente es empujado. Pero cuando la presión de la metástasis continúa, el vaso sanguíneo se romperá.
¿Dónde va esta sangre?
Pues al espacio aéreo del pulmón, donde entra y sale el aire que está destinado a oxigenar la sangre.
Esta sangre es muy irritante para la pared de los bronquios, que cada vez que la sienten desencadenarán el reflejo de la tos.
Esta tos, al salir manchada de sangre, será muy llamativa.
A este fenómeno se le denomina hemoptisis.
Las metástasis pulmonares ¿producen hipo?
El hipo es un síntoma muy frecuente que puede deberse a muchas causas distintas. Vea este vídeo para descubrir si las metástasis pulmonares lo pueden producir:
No es muy frecuente que lo hagan, pero sí. Las metástasis pulmonares pueden producir hipo.
Para eso tienen que localizarse en la parte inferior de ambos pulmones, la que contacta con el músculo que separa la cavidad torácica de la cavidad abdominal. Este músculo se llama el diafragma, y es imprescindible para que respiremos.
Cuando a este músculo se le hace cosquillas (que es, de forma muy simplificada, lo que puede pasar cuando una metástasis pulmonar crece en la parte inferior del pulmón), el diafragma pierde el ritmo respiratorio. Se vuelve un poco loco y se contrae cuando no toca. Esta contracción arrítmica la notamos como un ataque de hipo.
El problema de que nuestro hipo sea desencadenado por una metástasis pulmonar es serio. Será un hipo muy difícil de tratar si no tratamos la propia metástasis. Los remedios de la abuela de
- taparnos la nariz,
- beber al revés
- o que nos den un buen susto,
no funcionarán.
¿Qué pasa cuando las metástasis pulmonares están tocando la pleura, que es la membrana que recubre el pulmón?
En este vídeo podrá ver qué ocurre dentro de la persona con metástasis pulmonares cuando alguna de ellas toca la pleura que recubre al pulmón:
El pulmón necesita moverse dentro del pecho. Y para eso ha de estar cubierto por una membrana rodeada de agua que evite que roce con las costillas. Esta membrana es la pleura.
La pleura tiene dos partes:
- la que está pegada al pulmón, o pleura visceral, que se encarga de producir el líquido que permite el movimiento sin fricción del pulmón.
- La que está pegada a las costillas por dentro, o pleura parietal, que absorbe ese líquido para que no haya demasiado e impida que el pulmón se hinche.
Cuando las metástasis pulmonares llegan a la pleura visceral, ésta se inflama. Al inflamarse empieza a producir más líquido, y llega un momento que la pleura parietal no va a ser capaz de absorberlo. Se empezará a acumular. Es lo que se llama derrame pleural.
Si este derrame es muy grande puede impedir que el pulmón se hinche, lo que ocasionará sensación de dificultad al respirar, que se denomina disnea.
La propia irritación de la pleura visceral por la metástasis produce una tos muy molesta.
Y si la metástasis llega a la parte interior de las costillas, tapizada por la pleura parietal, puede horadarlas, produciendo dolor al respirar.
Ya hemos visto los síntomas que pueden producir las metástasis pulmonares. Veamos ahora cómo las descubrimos y qué pruebas necesitamos hacer para diagnosticarlas…
¿Cómo se descubren y se diagnostican las metástasis pulmonares?
Muchas veces descubriremos por azar la presencia de metástasis pulmonares simplemente al hacer una radiografía de tórax, prueba sencilla que se lleva a cabo de rutina en los controles periódicos de los pacientes que han tenido un cáncer.
La prueba diagnóstica más frecuente para diagnosticar apropiadamente la presencia de metástasis pulmonares es el escáner, la tomografía axial computadorizada (TAC) del pecho. Permite descubrir las metástasis a partir de que éstas sean lo suficientemente grandes, sí, pero no nos dice nada acerca de su naturaleza.
Para ver si esas lesiones sugestivas de ser metástasis pulmonares tienen una alta actividad metabólica, es decir, “comen” mucho (lo que sugiere que pueden ser lesiones cancerosas), es la tomografía por emisión de positrones (PET).
No siempre habrá que hacer esta segunda prueba. O a veces se hace la PET asociada a la TAC en una misma exploración. Pero normalmente con una buena imagen de TAC y la historia clínica del paciente es suficiente.
Es suficiente, pero no es un diagnóstico seguro hasta que se coge una de las metástasis y se analiza. No siempre habrá que hacer esta prueba, que tiene sus riesgos porque hay que entrar en la cavidad torácica. Compensará hacerla cuando vayamos a conseguir algo con ello, por ejemplo, cuando podamos descartar que sea otra enfermedad distinta a las metástasis y eso condicione lo que vamos a hacer, o cuando confirmar el diagnóstico nos permita decidirnos a tratar específicamente esa metástasis.
En una persona con cáncer, que ya tiene otros sitios de metástasis, aunque veamos en una prueba de imagen unas lesiones sospechosas de ser metástasis, no es necesario coger una biopsia o extirpar una de las lesiones, porque no ganamos nada con ello. Con la elevada sospecha nos vale.
Vale. Ya están diagnosticadas. ¿Y ahora qué hacemos? ¿Hay que tratarlas? ¿Cómo se pueden tratar las metástasis pulmonares? Siga leyendo…
¿Cuándo y cómo se pueden tratar las metástasis pulmonares?
Un aspecto importante acerca de cómo afrontar el tratamiento de las metástasis pulmonares es que no hay dos casos iguales. Hay que tener en cuenta muchas variables:
- Cuántas metástasis hay (una, dos, tres, muchas) y dónde se localizan (cerca unas de otras, en el mismo pulmón, en los dos pulmones)
- Cómo está la persona de estado general, para saber si tiene las condiciones mínimas para aguantar tratamientos agresivos
- Y algo muy importante, cuál es el tumor original. Porque hay tumores que son más sensibles que otros a quimioterapia (por ejemplo, el cáncer de testículo), y la posibilidad de usar este tratamiento y no solo la cirugía o la radioterapia, amplia mucho el abanico de opciones.
Por eso siempre ha de comentar con su médico la pertinencia o no de tratar activamente estas metástasis.
En el caso de utilizar la cirugía, de operar esa metástasis o esas pocas metástasis, hay unos criterios ampliamente aceptados para considerar el tratamiento:
- Que sea posible controlar el tumor que ha originado las metástasis
- Que no haya metástasis en otros sitios del cuerpo
- Que la metástasis o las (pocas) metástasis situadas en el pulmón se puedan extirpar con éxito
- Que la persona esté en buenas condiciones para soportar la agresión del tratamiento
- Que no haya una alternativa mejor a esa operación.
Porque se trata de intentar aumentar la supervivencia, no simplemente de operar y dejar al paciente en igual o peor condición de la que estaba.
Si no se espera una mejoría franca del pronóstico habrá que utilizar tratamientos paliativos que no curarán esas metástasis pulmonares. Simplemente ralentizarán su crecimiento, lo cual aporta calidad de vida más que cantidad.
Ya hemos visto qué síntomas pueden producir las metástasis pulmonares, cómo las podemos descubrir y diagnosticar y cómo las podemos tratar. Pero una duda que tienen muchas personas es si se puede uno morir por tener metástasis pulmonares. ¡Vamos a descubrirlo!…
Las metástasis pulmonares ¿pueden producir la muerte?
El cáncer diseminado muchas veces puede causar la muerte de la persona que lo padece. Vea en este video si las metástasis pulmonares producidas por cualquier tipo de cáncer del cuerpo pueden causar el fallecimiento del enfermo:
Desgraciadamente sí. Las metástasis pulmonares pueden ser la causa directa de la muerte de la persona que las padece.
De dos maneras.
La primera, cuando son muy abundantes. Si son muchas y muy voluminosas, la cantidad de pulmón sano que le queda al paciente va siendo cada vez menor. Y por eso la persona cada vez puede respirar menos. La sangre no se oxigena adecuadamente y se produce la asfixia que es la causa de la muerte.
La segunda, es muy llamativa y necesita menos cantidad de tumor en los pulmones. Se produce cuando una metástasis se coloca al lado de uno de los grandes vasos del tórax, sobre todo cerca de la vena cava y su entrada en el pulmón o de las venas pulmonares, porque las arterias tienen las paredes más gruesas.
Si la masa tumoral infiltra uno de los grandes vasos del tórax y se rompe su pared, se producirá una hemorragia interna que llenará los pulmones de sangre, ahogando a la persona que padece esta metástasis.
Si la sangre en vez de acumularse en los pulmones sale por los bronquios hacia la nariz y la boca, desde fuera se puede ver cómo la persona empieza a vomitar sangre. En pocos minutos se desangra y se muere.
Resumiendo:
Los síntomas que puede producir la existencia de metástasis pulmonares procedentes de un cáncer que se ha desarrollado en otro sitio del cuerpo son:
- tos
- hemoptisis
- dificultad para respirar (síntoma llamado disnea)
- hipo
- derrame pleural
- dolor en las costillas
- sangrado masivo y muerte
- ahogamiento y muerte
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